Una de las estrategias empresariales es la de la subcontratación. Permite la realización de obras y proyectos de envergadura sin necesidad de sobredimensionar la estructura de la empresa. Sin duda es una gran ventaja, pero debe acometerse aplicando medidas de preventivas.
La contrata principal debe tener control sobre la correcta gestión de las empresas subcontratadas supervisando que cumplan con las distintas normativas de seguridad, exigencias legales y normas de prevención. Uno de los requisitos más importantes sería la póliza de Responsabilidad Civil, la cual debe cumplir con los siguientes requisitos:
¿Qué sucede si hay un siniestro y una subcontrata no cumple con todo lo anterior?
En caso de siniestro, debe responder el causante directo del daño, en este caso sería la subcontrata, que es la empresa que ejecuta los trabajos. En caso de que su póliza sea ineficiente o insuficiente, responderá la propia subcontrata con su patrimonio. En caso de ser insolvente o insuficiente, subsidiariamente responderá la póliza de la contrata o la propia contrata si su póliza es ineficiente o insuficiente.
Visto así parece que la cobertura económica para la contrata está garantizada, tendrían que fallar muchas cosas para que le afectase. El único problema es que en resolverse todo este proceso se tarda mucho tiempo y normalmente existen compromisos comerciales que no esperan, con el consiguiente perjuicio comercial y de imagen.
La mejor manera de evitar estos daños comerciales y de imagen es mantener un rigor en la supervisión de la subcontratación. Para ello debemos apoyarnos en la figura de nuestro corredor, el cual puede asesorarnos y supervisar la correcta ejecución de los contratos de seguro de las subcontratas.
Muchas Corredurías contamos con programas de homologación de subcontratas para nuestros clientes.